Luis Candelas. Autor anónimo ( lo dice la wikipedia)
¿Bandoleros en el Guadarrama? ¿Alguna idea? ¿Algún nombre?
Algunas contestaciones posibles:
“Luis Candelas”. (No, equivocado).
“Curro Jiménez” (¡¡ Por Dios…¡¡.)
“En la Pedriza creo que los hubo pero no sé decir ningún nombre”. (Bueno, esta respuesta no está mal).
en las siguientes líneas vamos a hablar de este famoso personaje. Y es que tampoco tenemos que ser unos integristas. Ciertamente el de Lavapiés, no fue realmente un bandolero, si no un ladrón urbano y desde luego la sierra no era su territorio. Lo suyo, parece ser, era callejear por Madrid y frecuentar tabernas. Puestos a elegir seguro que prefería el chotis a la jota. Las cabalgadas y grandes caminatas tampoco serían, pensamos, de su agrado. Tal vez era más de coger un "simón".
Pero existen, ya decimos, relaciones directas o indirectas, reales o legendarias (en esto del bandolerismo tampoco tiene tanta importancia), que le emparentan con el bandidismo serrano. Primeramente sobre Luis Candelas, el bandido madrileño más castizo y famoso, se ha elaborado todo un proceso de idealización propio de la clásica imagen positiva del bandolero y segundo, son varias las informaciones y leyendas que nos hablan de una cierta relación con la Sierra del Guadarrama y su entorno. Para saber más sobre la vida y obra de este señor pueden hacer click con el ratón Aquí y también aquí. Entre esas informaciones que nos hablan de su relación con el bandolerismo podemos hablar primeramente de uno de sus raros "trabajos" fuera de la ciudad. Algunos autores, como Santos Madrazo en su libro "La edad de oro de las diligencias", al que seguimos aquí, nos habla de su implicación en un famoso asalto, el de la galera mensajería de Valladolid. Y es que a su banda se la acusó de ser la autora de este famoso robo cometido el 30 de octubre de 1836. Los hechos sucedieron así, resumimos: Nueve hombres bajo el mando del más famoso ladrón madrileño se apostan a la altura de Torrelodones, concretamente en las Matas Altas y esperan el paso de la galera mensajería de Valladolid. Los pasajeros del vehículo, son robados y aprovechando la situación, como era costumbre en el oficio, desvalijan igualmente a otros usuarios de la vía. Concretamente a un arriero que conducía una recua de mulas y otra galera, esta proveniente de Salamanca. La llegada de una compañía de soldados hace a los bandidos abandonar el expolio de los viajeros que tuvieron la mala suerte de pasar por allí.
Como solemos hacer hemos intentado indagar lo que hemos podido, y al menos hemos dado con una noticia que nos informa de este asunto. Concretamente dirigimos nuestra atención al periódico "El Eco del comercio" y a su edición del 1 de noviembre de 1836. Se nos cuenta lo siguiente:
¿Conoció la Pedriza Luis Candelas?
"Antes de ayer a las cuatro y media de la tarde fueron robadas y maltratadas más de 60 personas en las inmediaciones de esta corte. Diez ladrones se presentaron en la venta que hay más acá de las Rozas y robaron a cuantos pasajeros transitaron por aquel camino en las muchas horas que estuvieron ocupados en esta faena, que fue interrumpida por unos soldados que casualmente pasaban por allí. Entre los robados lo es don Francisco Cordero que además de quitarle cuanto llevaban lo golpearon con la mayor crueldad.
De algún tiempo a esta parte se observan con más frecuencia estas tropelías en las cercanía de la capital, es necesario que la autoridad a quien competa vigile cuanto sea necesario y de las ordenes convenientes para impedir estos excesos, exigiendo la responsabilidad a quien descuide el cumplimiento de sus deberes"
Pero no es solo este el único suceso, insistimos, con el que se le relaciona con la sierra del Guadarrama. Y es que una vieja leyenda, recogida por el propio Bernaldo de Quirós (una vez más) nos habla del supuesto acuerdo que alcanzó con el bandido pedricero, Pablo Santos, para no competir entre ellos en el sector comercial del robo y la tropelía. Para Candelas sería el territorio que ocupa el caserío de la capital de España y aledaños. Para el serrano, en cambio, serían las montañas azules del Guadarrama. Si siguen este blog, pensarán que esto es difícil de mantener. Ya vimos que el bandido pedricero fue más bien un carlista, reconvertido en fugitivo, y que seguramente viviría como un bandolero, pero que no lo fue estrictamente. Además, las biografías del ladrón de Madrid le relacionan no con carlistas, si no con liberales.
Otra leyenda, esta todavía más endeble, poco elaborada, y con un cierto tufillo a bulo, nos habla de la posibilidad de que todavía hoy, la Pedriza, (busquen, busquen) albergue un botín escondido por el bandido. Desde luego parece difícil pensar que se llegara tan lejos, a un terreno desconocido para esconder algo. Y más conociendo los dedos largos de algunos merodeadores de esta zona. Aunque bien pensado, ahora se me ocurre que con lo enrevesado que resulta la Pedriza no es de descartar que alguno escondiera algo y no lo volviera a encontrar...
Y finalmente existe otra relación indirecta. Por que ya fallecido Candelas, dos miembros de su banda, Mariano Balseiro y Francisco Villena, como ya vimos en anteriores entradas, fueron implicados en el secuestro de los hijos del Marques de Gaviria (hagan click en el tema correspondiente, aquí a su izquierda), que tuvo su resolución en el corazón de la Pedriza o las Pedrizas como se le denominaba antiguamente.
Garrote Vil. No debía de ser agradable
De la reputación de Candelas podemos leer el comentario irónico y algo burlesco en la prensa de la época:
“Bien podemos asegurar que Luis Candelas ha sido preso por ladrón y sentenciado a presidio lo menos DIEZ VECES. A las nueve siquiera bien podía haber conocido el tribunal que le sentenció que ya es hombre incorregible”
(El Constitucional, 9 de septiembre de 1837)Lo que si sabemos a ciencia cierta es que El 5 de noviembre de 1837 fue ajusticiado con garrote vil. La lista de de sus delitos era amplia…
En el periódico la Estafeta de 7 de noviembre de 1837, podemos leer lo siguiente:
“Ayer sufrió la última pena a que ha sido condenado por la audiencia territorial, el famoso ladrón Luis Candelas al salir de la cárcel mostró un valor extraordinario que no le abandonó en toda la carrera n en el momento en el que subió al patíbulo. Cuando se le puso la argolla suplicó al verdugo que suspendiese la ejecución, y dirigiéndose al público con voz firme: He sido pecador como hombre, pero nunca se mancharon mis manos con sangre de mis semejantes; digo esto porque lo oye el que va a recibirme en sus brazos. Adiós patria mía, sé feliz”
(c) Santiago Martín Arribas